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viernes, 9 de septiembre de 2016

Expansión Económica y subdesarrollo latinoamericano




Expansión Económica Estadounidense
Durante más de ocho años -entre marzo de 1921 y octubre de 1929- los EE.UU. conocieron una formidable expansión económica.
¿Qué factores ayudaron a esta expansión?
Durante la guerra, los EE.UU habían otorgado créditos multimillonarios a los países aliados, que después extendieron a los países vencidos en el conflicto. Estos créditos convirtieron a los EE.UU. en el mayor acreedor del mundo. Toda Europa les debía dinero.
Las economías europeas quedaron destruidas; y aunque el comercio internacional no alcanzó los niveles anteriores a la guerra, su recuperación favoreció las exportaciones americanas hacia Europa.
Debido a su desarrollo tanto industrial como agrario, los EE.UU. no necesitaron importar prácticamente ningún producto durante la década del ´20.
La producción en serie permitió abaratar los costos de la mano de obra y obtener una mayor una mayor productividad (más producción en menor tiempo por igual salario).
El requerimiento de grandes inversiones de capital inicial acentuó el proceso de concentración de los capitales y la formación de grandes cadenas.
¿Cuál fue la base de la gran expansión económica de la década del ´20?
El gran impulsó provino de las industrias automotriz y de aparatos eléctricos (especialmente radios).
A la Ford -que desde 1907 fabricaba el Ford T- se sumaron la Chrysler (que fabricaba el Plymouth) y la General Motors (que fabricaba el Chevrolet). La expansión de la industria automotriz arrastró el desarrollo de otras actividades industriales (las industrias de neumáticos y de acero, por ejemplo).

 El crecimiento del número de automóviles obligó a los gobiernos a construir rutas que unieran a las principales ciudades; estas obras, a su vez, impulsaron la industria de la construcción.
La fabricación de aparatos eléctricos creció debido a la extensión de la red eléctrica por todo el territorio estadounidense. La radio se convirtió en un artículo de consumo masivo. Junto con la radio, apareció la publicidad. Esta nueva técnica de propaganda multiplicó aún más las ventas de todo tipo de producto. En el caso de los automóviles, la publicidad generó entre los automovilistas el deseo de cambiar de modelo. El aumento del consumo permitió el surgimiento de un nuevo sistema de distribución de alimentos: las grandes tiendas (precursoras del supermercado), en las que se podía comprar todo tipo de alimentos.
Las tierras recién loteadas favorecieron la especulación: los compradores las adquirían baratas y las vendían después a precios más altos. En muchos casos, los compradores no conocían ni la ubicación ni las características de las parcelas: se limitaban a recibir el titulo de propiedad para revenderlo más caros. Al mismo tiempo, los centros de las principales ciudades cambiaron de aspectos. Con la incorporación del acero a la construcción, se levantaron edificios rascacielos destinados a oficinas.
Subdesarrollo
El subdesarrollo es una estructura socio-económica en la que predominan la agricultura, la ganadería, la pesca y la exportación de materias primas por llevar al país por el desarrollo de autoindependencia observándose pobreza generalizada.
Características de los países subdesarrollados
Como se ha indicado varios son los aspectos para considerar a un país o región como subdesarrollada. Entre los más comunes podemos citar:
  Economía basada en el sector primario.
  Comercio exterior desfavorable.
  Elevada tasa de mortalidad infantil.
  Desocupación y subocupación masiva.
  Sobrepoblación relativa.
  Bajo nivel educativo.
  Ingreso bajo, mal distribuido e irracionalmente utilizados.
  Régimen político corrupto.
  Falta de instituciones democráticas.
  Dependencia política militar del extranjero.
  Dependencia estructural que influye en toda la estructura socioeconómica y condiciona muchos rasgos principales del sistema del proceso de desarrollo.
  Tecnología primitiva.
  Desarrollo económico dependiente
  Exportación de productos tropicales
  Importación de productos manufacturados
Capitales financieros ingleses y norteamericanos
Los países latinoamericanos se convirtieron en semicolonias, al pasar las principales riquezas nacionales a manos del capital monopólico extranjero. Por ejemplo en Argentina, los ingleses se apoderaron de los frigoríficos y de la comercialización de los productos agropecuarios. El principal producto de exportación chileno, el salitre, era de propiedad británica. En Bolivia, el estaño quedó en manos inglesas, al igual que la madera paraguaya y el petróleo venezolano hasta la década de 1920. En México, hubo un control parejo de la economía por parte de los ingleses y norteamericanos. En conclusión, la mayoría de los países sudamericanos pasaron a ser semicolonias inglesas.
En cambio, casi todos los países centroamericanos y caribeños se convirtieron en semicolonias norteamericanas desde fines del siglo XIX, sufriendo ocupaciones prolongadas que los transformaron en casi colonias. Tal fue el caso en Cuba, que sufrió dos intervenciones militares hasta la derogación de la Enmienda Platt en la década de 1930. La especificidad de la dependencia en Cuba consistió en pasar directamente de colonia española a neo colonia norteamericana mediante el Tratado de París, realizado a espaldas de los órganos representativos cubanos.
Mientras la mayoría de las naciones latinoamericanas sufrió una dependencia de carácter económico en las primeras décadas del siglo XX, Cuba sufrió una dependencia de su soberanía política que la convirtió en un país más que semicolonial. Puerto Rico también fue otra isla que pasó de colonia española a neo colonia norteamericana, luego de la invasión de los “marines” .Haití y República Dominicana vieron afectada su soberanía durante varios años por la ocupación de tropas norteamericanas, que consolidaron la penetración del capital monopólico.
La dependencia colonial fue tan manifiesta que las aduanas y los cuerpos de seguridad de ambos países pasaron a ser administrados y dirigidos por Estados Unidos. La ocupación de Nicaragua, más prolongada que las anteriores –de 1909 a 1933- tuvo también claros objetivos de dominio territorial, pues Estados Unidos, no satisfecho con el canal de Panamá, pretendió consolidar su monopolio del transporte marítimo mediante la construcción de otro canal por los lagos de Nicaragua.
Panamá fue afectado por un tipo especial de dependencia, expresado en un enclave colonial en una parte de su territorio. Esta colonia dentro de un país que recién había accedido a la independencia política marcó el subdesarrollo dependiente para el resto del siglo. Panamá no sólo perdió parte de su superficie, sino también su más importante riqueza. Las tarifas del tránsito comercial por el Canal estaban controladas por los norteamericanos.
La pugna entre el imperialismo yanqui y el europeo se decidió a favor del primero a fines de la década de 1920, “los estadounidenses disponían entonces de sucursales en Río de Janeiro, Sao Paulo, Santos, Montevideo, Buenos Aires, Santiago de Chile, Caracas y La Habana. Este extraordinario desarrollo bancario permitió que en 1925 más del 70% de las transacciones comerciales latinoamericanas, pagaderas en dólares, tuvieran sus centros de liquidación en Nueva York “. 
Esto resalta la vigencia del pensamiento leninista acerca del reparto económico y territorial del mundo, por las asociaciones y potencias imperialistas respectivamente.
”Las asociaciones monopólicas capitalistas, las grandes corporaciones, los sindicatos y las asociaciones de compañías se dividen entre ellos, en primer lugar, el mercado doméstico y se toman posesión, de una manera más o menos completa, de la industria de un país. Pero bajo el capitalismo, el mercado interno está inevitablemente ligado al mercado externo. Hace ya mucho tiempo que el capitalismo ha creado un mercado mundial. A medida en que la exportación del capital fue en aumento, y a medida en que las conexiones externas, las conexiones coloniales y las "esferas de influencia" de las grandes asociaciones monopólicas se expandieron en todo sentido, las cosas gravitaron "naturalmente" hacia un acuerdo internacional entre estas asociaciones y hacia la formación de grandes corporaciones internacionales “.
Aunque el imperialismo inglés siguió ejerciendo gran influencia en países como la Argentina, Uruguay y Brasil y reteniendo el dominio colonial de Guyana, Jamaica, Granada, Barbados, Trinidad Tobago y otras islas del Caribe, además de las Islas Malvinas que había conquistado en 1833 y del enclave colonial en Guatemala, llamado Belice. Una de las excepciones que escapó al dominio norteamericano e inglés fue precisamente Guatemala, donde el capitalismo alemán logró controlar la producción y comercialización del café. Los franceses se batieron en general en retirada después de la Primera Guerra Mundial, dejando escasas inversiones en América Latina: México y Argentina. Conservaron sus colonias en las islas antillanas y en Guayana, al igual que los holandeses. 
La consolidación de las economías primaria - exportadoras
El crecimiento y la diversificación de la demanda de materias primas, insumos y alimentos en los mercados de las naciones más industrializadas y el descenso que habían sufrido los precios relativos de algunas manufacturas, como consecuencia de los avances tecnológicos y la creciente mecanización, aumentó la importancia del comercio internacional desde mediados del siglo XIX. De modo que América Latina incrementó las exportaciones de sus materias primas y productos alimenticios y también las importaciones de manufacturas, insumos y bienes de capital. Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial vemos como en el mercado mundial las exportaciones de manufacturas crecieron mucho más rápido que las exportaciones de materias primas (un 4,5 por ciento anual frente a un 3 por ciento), en un movimiento inverso al ocurrido en la segunda mitad del siglo XIX. Al contrario de lo que se suele argumentar, el aumento en las importaciones latinoamericanas de manufacturas estaría indicando la vitalidad de sus economías, ya que el volumen de las importaciones era una variable directamente dependiente de las exportaciones y del tamaño del mercado interior.
Si en el siglo XIX la evolución de los términos de intercambio fue favorable para las materias primas, a lo largo del siglo XX el signo comenzó a cambiar, ante el deterioro más acelerado de los precios relativos de algunas materias primas y el encarecimiento de ciertas manufacturas, especialmente bienes de equipo. La mayor demanda de bienes de capital de unas economías en franco crecimiento también influyó en los movimientos relativos de los precios. El ascenso de los Estados Unidos como primera potencia mundial, que necesitaba en un grado menor que Europa a los mercados internacionales como el lugar más idóneo para colocar sus excedentes, y el hecho de que su producción primaria compitiera directamente con algunos productos latinoamericanos (carne, cereales, minerales, etc.) provocó un ascenso del proteccionismo, que sin embargo no alcanzó en esta época las elevadas cotas a las que llegaría después de la crisis de 1929.
Los productos exportados por las economías latinoamericanas se pueden agrupar en tres grupos bien diferenciados: 1) productos agrícolas y ganaderos de clima templado, como los cereales (maíz, trigo), la carne ovina y vacuna, lanas y otros derivados del ganado; 2) productos agrícolas tropicales, producidos generalmente en régimen de plantación, aunque no de forma exclusiva; entre los más importantes se podrían citar el café, el azúcar, el algodón, el tabaco, el cacao, los plátanos, el caucho y el henequén y 3) metales y minerales, como la plata, el oro y las esmeraldas (en menor medida), el cobre, el estaño, el salitre o el petróleo. La opción por la explotación de un determinado producto se realizaba en función de las ventajas comparativas (tipo y fertilidad del suelo, clima, disponibilidad de mano de obra, yacimientos minerales, proximidad de los centros productores a los puertos exportadores, etc.) existentes en cada país.
Formación  y desarrollo de la dependencia económica latinoamericana
La dependencia económica supone que la producción y la riqueza de algunos países, en este caso latinoamericanos, se condiciona al desarrollo coyuntural de otros países a los cuales queda sometida. Es decir, se establece un modelo económico norte-sur mediante el que sólo las economías del norte son las que se benefician. De esta manera, la deuda económica se ha convertido en el eje principal de la dependencia que poco a poco va introduciendo cambios en el Estado para imponer la aplicación de las políticas neoliberales y la transferencia de poder de los organismos públicos a estas instituciones.
La dependencia económica consiste en que América Latina no tiene una autonomía con respecto de los países poderosos, como Estados Unidos y la Unión Europea entre otros, por ejemplo, lo que afecte a cualquier país se refleja en ésta región. También depende en el sentido que les vende todos sus productos a dichos países.
La dependencia política consiste en que éste continente actúa según los dictados de Estados Unidos y la Unión Europea o cualquier país. Carece de un proyecto propio y una imagen propia, una visión propia de tal forma que va actuando según las circunstancias.
La dependencia cultural consiste en que los anteriores países venden productos culturales como las películas y cualquier cosa nueva que salga allá acá lo aceptan. En esto tiene mucho que ver que América Latina tiene un complejo de inferioridad que no valora lo que somos y ve lo demás como mejor que lo nuestro.
Todo esto podemos superarlo con la visión, con el liderazgo de personas y políticos realmente valientes y decididos a sacar éste continente adelante.

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