Expansión
Económica Estadounidense
Durante
más de ocho años -entre marzo de 1921 y octubre de 1929- los EE.UU. conocieron
una formidable expansión económica.
¿Qué
factores ayudaron a esta expansión?
Durante
la guerra, los EE.UU habían otorgado créditos multimillonarios a los países
aliados, que después extendieron a los países vencidos en el conflicto. Estos
créditos convirtieron a los EE.UU. en el mayor acreedor del mundo. Toda Europa
les debía dinero.
Las
economías europeas quedaron destruidas; y aunque el comercio internacional no
alcanzó los niveles anteriores a la guerra, su recuperación favoreció las
exportaciones americanas hacia Europa.
Debido
a su desarrollo tanto industrial como agrario, los EE.UU. no necesitaron
importar prácticamente ningún producto durante la década del ´20.
La
producción en serie permitió abaratar los costos de la mano de obra y obtener
una mayor una mayor productividad (más producción en menor tiempo por igual
salario).
El
requerimiento de grandes inversiones de capital inicial acentuó el proceso de
concentración de los capitales y la formación de grandes cadenas.
¿Cuál
fue la base de la gran expansión económica de la década del ´20?
El
gran impulsó provino de las industrias automotriz y de aparatos eléctricos
(especialmente radios).
A
la Ford -que desde 1907 fabricaba el Ford T- se sumaron la Chrysler (que
fabricaba el Plymouth) y la General Motors (que fabricaba el Chevrolet). La
expansión de la industria automotriz arrastró el desarrollo de otras
actividades industriales (las industrias de neumáticos y de acero, por
ejemplo).
El crecimiento del número de automóviles obligó a los gobiernos a
construir rutas que unieran a las principales ciudades; estas obras, a su vez,
impulsaron la industria de la construcción.
La
fabricación de aparatos eléctricos creció debido a la extensión de la red
eléctrica por todo el territorio estadounidense. La radio se convirtió en un
artículo de consumo masivo. Junto con la radio, apareció la publicidad. Esta
nueva técnica de propaganda multiplicó aún más las ventas de todo tipo de
producto. En el caso de los automóviles, la publicidad generó entre los
automovilistas el deseo de cambiar de modelo. El aumento del consumo permitió
el surgimiento de un nuevo sistema de distribución de alimentos: las grandes
tiendas (precursoras del supermercado), en las que se podía comprar todo tipo
de alimentos.
Las
tierras recién loteadas favorecieron la especulación: los compradores las
adquirían baratas y las vendían después a precios más altos. En muchos casos,
los compradores no conocían ni la ubicación ni las características de las
parcelas: se limitaban a recibir el titulo de propiedad para revenderlo más
caros. Al mismo tiempo, los centros de las principales ciudades cambiaron de
aspectos. Con la incorporación del acero a la construcción, se levantaron
edificios rascacielos destinados a oficinas.
Subdesarrollo
El subdesarrollo es una
estructura socio-económica en la que predominan la agricultura, la ganadería,
la pesca y la exportación de materias primas por llevar al país por el
desarrollo de autoindependencia observándose pobreza generalizada.
Características
de los países subdesarrollados
Como se ha indicado
varios son los aspectos para considerar a un país o región como
subdesarrollada. Entre los más comunes podemos citar:
Economía
basada en el sector primario.
Comercio
exterior desfavorable.
Elevada
tasa de mortalidad infantil.
Desocupación
y subocupación masiva.
Sobrepoblación
relativa.
Bajo
nivel educativo.
Ingreso
bajo, mal distribuido e irracionalmente utilizados.
Régimen
político corrupto.
Falta
de instituciones democráticas.
Dependencia
política militar del extranjero.
Dependencia
estructural que influye en toda la estructura socioeconómica y condiciona
muchos rasgos principales del sistema del proceso de desarrollo.
Tecnología
primitiva.
Desarrollo
económico dependiente
Exportación
de productos tropicales
Importación
de productos manufacturados
Capitales
financieros ingleses y norteamericanos
Los
países latinoamericanos se convirtieron en semicolonias, al pasar las
principales riquezas nacionales a manos del capital monopólico extranjero. Por
ejemplo en Argentina, los ingleses se apoderaron de los frigoríficos y de la
comercialización de los productos agropecuarios. El principal producto de
exportación chileno, el salitre, era de propiedad británica. En Bolivia, el
estaño quedó en manos inglesas, al igual que la madera paraguaya y el petróleo
venezolano hasta la década de 1920. En México, hubo un control parejo de la
economía por parte de los ingleses y norteamericanos. En conclusión, la mayoría
de los países sudamericanos pasaron a ser semicolonias inglesas.
En
cambio, casi todos los países centroamericanos y caribeños se convirtieron en
semicolonias norteamericanas desde fines del siglo XIX, sufriendo ocupaciones
prolongadas que los transformaron en casi colonias. Tal fue el caso en Cuba,
que sufrió dos intervenciones militares hasta la derogación de la Enmienda
Platt en la década de 1930. La especificidad de la dependencia en Cuba
consistió en pasar directamente de colonia española a neo colonia
norteamericana mediante el Tratado de París, realizado a espaldas de los
órganos representativos cubanos.
Mientras
la mayoría de las naciones latinoamericanas sufrió una dependencia de carácter
económico en las primeras décadas del siglo XX, Cuba sufrió una dependencia de
su soberanía política que la convirtió en un país más que semicolonial. Puerto
Rico también fue otra isla que pasó de colonia española a neo colonia
norteamericana, luego de la invasión de los “marines” .Haití y República
Dominicana vieron afectada su soberanía durante varios años por la ocupación de
tropas norteamericanas, que consolidaron la penetración del capital monopólico.
La
dependencia colonial fue tan manifiesta que las aduanas y los cuerpos de
seguridad de ambos países pasaron a ser administrados y dirigidos por Estados
Unidos. La ocupación de Nicaragua, más prolongada que las anteriores –de 1909 a
1933- tuvo también claros objetivos de dominio territorial, pues Estados
Unidos, no satisfecho con el canal de Panamá, pretendió consolidar su monopolio
del transporte marítimo mediante la construcción de otro canal por los lagos de
Nicaragua.
Panamá
fue afectado por un tipo especial de dependencia, expresado en un enclave
colonial en una parte de su territorio. Esta colonia dentro de un país que
recién había accedido a la independencia política marcó el subdesarrollo
dependiente para el resto del siglo. Panamá no sólo perdió parte de su
superficie, sino también su más importante riqueza. Las tarifas del tránsito
comercial por el Canal estaban controladas por los norteamericanos.
La
pugna entre el imperialismo yanqui y el europeo se decidió a favor del primero
a fines de la década de 1920, “los estadounidenses disponían entonces de
sucursales en Río de Janeiro, Sao Paulo, Santos, Montevideo, Buenos Aires,
Santiago de Chile, Caracas y La Habana. Este extraordinario desarrollo bancario
permitió que en 1925 más del 70% de las transacciones comerciales
latinoamericanas, pagaderas en dólares, tuvieran sus centros de liquidación en
Nueva York “.
Esto
resalta la vigencia del pensamiento leninista acerca del reparto económico y
territorial del mundo, por las asociaciones y potencias imperialistas
respectivamente.
”Las
asociaciones monopólicas capitalistas, las grandes corporaciones, los
sindicatos y las asociaciones de compañías se dividen entre ellos, en primer
lugar, el mercado doméstico y se toman posesión, de una manera más o menos
completa, de la industria de un país. Pero bajo el capitalismo, el mercado
interno está inevitablemente ligado al mercado externo. Hace ya mucho tiempo
que el capitalismo ha creado un mercado mundial. A medida en que la exportación
del capital fue en aumento, y a medida en que las conexiones externas, las
conexiones coloniales y las "esferas de influencia" de las grandes
asociaciones monopólicas se expandieron en todo sentido, las cosas gravitaron
"naturalmente" hacia un acuerdo internacional entre estas
asociaciones y hacia la formación de grandes corporaciones internacionales “.
Aunque
el imperialismo inglés siguió ejerciendo gran influencia en países como la
Argentina, Uruguay y Brasil y reteniendo el dominio colonial de Guyana,
Jamaica, Granada, Barbados, Trinidad Tobago y otras islas del Caribe, además de
las Islas Malvinas que había conquistado en 1833 y del enclave colonial en
Guatemala, llamado Belice. Una de las excepciones que escapó al dominio
norteamericano e inglés fue precisamente Guatemala, donde el capitalismo alemán
logró controlar la producción y comercialización del café. Los franceses se
batieron en general en retirada después de la Primera Guerra Mundial, dejando
escasas inversiones en América Latina: México y Argentina. Conservaron sus
colonias en las islas antillanas y en Guayana, al igual que los holandeses.
La consolidación de las economías primaria
- exportadoras
El
crecimiento y la diversificación de la demanda de materias primas, insumos y
alimentos en los mercados de las naciones más industrializadas y el descenso
que habían sufrido los precios relativos de algunas manufacturas, como
consecuencia de los avances tecnológicos y la creciente mecanización, aumentó
la importancia del comercio internacional desde mediados del siglo XIX. De modo
que América Latina incrementó las exportaciones de sus materias primas y
productos alimenticios y también las importaciones de manufacturas, insumos y
bienes de capital. Hasta el inicio de la Primera Guerra Mundial vemos como en
el mercado mundial las exportaciones de manufacturas crecieron mucho más rápido
que las exportaciones de materias primas (un 4,5 por ciento anual frente a un 3
por ciento), en un movimiento inverso al ocurrido en la segunda mitad del siglo
XIX. Al contrario de lo que se suele argumentar, el aumento en las
importaciones latinoamericanas de manufacturas estaría indicando la vitalidad
de sus economías, ya que el volumen de las importaciones era una variable
directamente dependiente de las exportaciones y del tamaño del mercado
interior.
Si
en el siglo XIX la evolución de los términos de intercambio fue favorable para
las materias primas, a lo largo del siglo XX el signo comenzó a cambiar, ante
el deterioro más acelerado de los precios relativos de algunas materias primas
y el encarecimiento de ciertas manufacturas, especialmente bienes de equipo. La
mayor demanda de bienes de capital de unas economías en franco crecimiento
también influyó en los movimientos relativos de los precios. El ascenso de los
Estados Unidos como primera potencia mundial, que necesitaba en un grado menor
que Europa a los mercados internacionales como el lugar más idóneo para colocar
sus excedentes, y el hecho de que su producción primaria compitiera
directamente con algunos productos latinoamericanos (carne, cereales, minerales,
etc.) provocó un ascenso del proteccionismo, que sin embargo no alcanzó en esta
época las elevadas cotas a las que llegaría después de la crisis de 1929.
Los
productos exportados por las economías latinoamericanas se pueden agrupar en
tres grupos bien diferenciados: 1) productos agrícolas y ganaderos de clima
templado, como los cereales (maíz, trigo), la carne ovina y vacuna, lanas y
otros derivados del ganado; 2) productos agrícolas tropicales, producidos
generalmente en régimen de plantación, aunque no de forma exclusiva; entre los
más importantes se podrían citar el café, el azúcar, el algodón, el tabaco, el
cacao, los plátanos, el caucho y el henequén y 3) metales y minerales, como la
plata, el oro y las esmeraldas (en menor medida), el cobre, el estaño, el
salitre o el petróleo. La opción por la explotación de un determinado producto
se realizaba en función de las ventajas comparativas (tipo y fertilidad del
suelo, clima, disponibilidad de mano de obra, yacimientos minerales, proximidad
de los centros productores a los puertos exportadores, etc.) existentes en cada
país.
Formación
y desarrollo de la dependencia económica
latinoamericana
La dependencia
económica supone que la producción y la riqueza de algunos países, en este caso
latinoamericanos, se condiciona al desarrollo coyuntural de otros países a los
cuales queda sometida. Es decir, se establece un modelo económico norte-sur
mediante el que sólo las economías del norte son las que se benefician. De esta
manera, la deuda económica se ha convertido en el eje principal de la
dependencia que poco a poco va introduciendo cambios en el Estado para imponer
la aplicación de las políticas neoliberales y la transferencia de poder de los
organismos públicos a estas instituciones.
La dependencia
económica consiste en que América Latina no tiene una autonomía con respecto de
los países poderosos, como Estados Unidos y la Unión Europea entre otros, por
ejemplo, lo que afecte a cualquier país se refleja en ésta región. También
depende en el sentido que les vende todos sus productos a dichos países.
La dependencia política
consiste en que éste continente actúa según los dictados de Estados Unidos y la
Unión Europea o cualquier país. Carece de un proyecto propio y una imagen
propia, una visión propia de tal forma que va actuando según las
circunstancias.
La dependencia cultural
consiste en que los anteriores países venden productos culturales como las
películas y cualquier cosa nueva que salga allá acá lo aceptan. En esto tiene
mucho que ver que América Latina tiene un complejo de inferioridad que no
valora lo que somos y ve lo demás como mejor que lo nuestro.
Todo esto podemos
superarlo con la visión, con el liderazgo de personas y políticos realmente
valientes y decididos a sacar éste continente adelante.
Fuente:
klk
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